jubilado sabático

(abril 2005 - noviembre 2005)

lunes, mayo 02, 2005

Calcado

Me acordé de Galeano este domingo. En "El fútbol" el escritor comenta de un tiro libre que una vez fue pateado en alguna cancha ilustre. El golpe fue magistral, la curva de la pelota obedeció a la extraña lógica de los milagros y por supuesto entró al arco haciendo saltar al público. Pero el árbitro lo anula con quién sabe qué patraña.

Y el jugador lo vuelve a patear. Y el milagro ocurre por segunda vez, tal cual.

Ronaldinho, esta vez, es el que calca su propia idea. En un partido que a mi parecer es digno de un comentario más largo (creo que no sólo porque habían puntos cruciales en juego sino también dos maneras de sentir el fútbol, y posiblemente la vida) y en los minutos finales, el Monstruo le entrega -le regala, le ofrenda- una pelota por aire a Messi. La pelota no fue golpeada, sino levantada con el pie, de manera que hace una parábola antes de caerle al delantero argentino, suavemente. Me imagino que el fútbol es colectivo también en este sentido, como una creación colectiva: ante la hermosura de gesto en el pase, Messi retruca volviendo a levantarla por sobre el arquero. No podía pasar por alto que ese gol era también del brasilero, no podía terminarlo como si fuera otro gol no más.

Y el árbitro lo anula porque Giuly estaba off-side.

Dos minutos después, y ahora con todo en regla, por el mismo lado, Ronaldinho. Misma parábola, mismo gesto. Caricia, debería decir. Messi, entrando por la izquierda. El buen arquero del Albacete seguramente intuye que este gol es cosa del destino, sabe que va a ser un globito otra vez. Messi, otra vez la levanta tal cual. Globito. Sombrerito. Vaselina. Golazo. Calcado.