jubilado sabático

(abril 2005 - noviembre 2005)

martes, junio 28, 2005

Gotan Project, 29 dic 2003 (Palacio de la música, Barcelona)

Aprovechando que el blog es mío, voy a dar un rodeo. Es que con la música electrónica uno nunca sabe si va a ver a genios del siglo 22 deslumbrando a los ignorantes con sus instrumentos raros, o más bien va a ver a un fresco de raja que solo va a poner “play” en el mismo disco que uno tiene en la casa. Sólo ese temor tenía antes de que empezara el asunto.

La visita de Gotan Project era parte de un festival denominado “Millenium 2003”. Este nombre horrible prueba que el mal gusto que impuso la onda año 2000 ha hecho un daño más profundo de lo que pensábamos. Eso si, una cosa a favor de este festival es que el mismo escenario que recibiría a una sinfónica, a una big band y al mismísimo Raphael, se adaptó a la puesta en escena de este trio electro-ondero.

En una especie de Teatro Municipal, con decorados francamente lujosos y lámparas tipo fiesta de “Eyes wide shut”, con una acústica y una visibilidad notables (obviamente no iba a pagar la entrada más cara), el espectáculo empieza por la escenografía. Detrás de una pantalla semi-opaca aparecen los músicos vestidos de traje. Hay un guitarrista (Eduardo Makaroff, dueño del proyecto), un bandoneonista (Victor Villena) y atrás dos DJs (Philippe Cohen Solal, Christophe Mueller). Alternadamente, una luz roja hace que se vean a través de la tela, mientras encima aparece una proyección con imágenes argentinas. Al ritmo entre calentón y triste del tango, se ven de gente en la calle de Baires. Deja la sensación que el texto que acompaña la música es un bando de la junta militar (la de allá). También podría ser un discurso de Perón, o algún otro de esos.

Los temas del disco “La revancha del tango” son la columna vertebral del espectáculo. Aparece luego un violinista (Line Kruse) con la pata enyesada, y un magnífico pianista (Gustavo Beitelmann). Las imágenes, muy onderas, siguen la lógica de las bases electrónicas: encuentran una parte que se ve bien y la repiten. Mucho. De pronto, si el editor me permite el entusiasmo, ocurre lo mejor de la noche. Su nombre es Cristina Villalonga, y canta con una voz bajita. Y le da protagonismo a la música, más que a las imágenes o al “concepto” (que choro mezclar tango con electrónica). Cuando ella canta el ambiente se pone serio, aparece el poder conmovedor del tango, el escenario se pone nervioso. Ella es baja, como su voz. Viste de negro, de etiqueta tanguera. Apenas se mueve, como si el libreto le dijera que no alborote mucho el cuento porque se roba la película y la gente podría creer que esto es un grupo con una vocalista.

Otros caramelos de la noche: una pareja que baila tango mientras atrás suena una chacarera electro. Aparece una secuencia en la pantalla con una barra brava en las noticias. Espera. Se cruza una bandera chilena... van con una camiseta blanca y negra... ¡¡es la hinchada de Colo Colo!! Ahora he podido sentir algo de la nostalgia nacional que es parte central del tango. Las letras que hablan de volver (en este caso, “Vuelvo al sur” de Piazzola) tienen un sitio destacado en la enciclopedia . La imagen del estadio en Santiago me provoca por unos segundos algo parecido. Espera. Esto es una trampa. Si el público fuera realmente argentino notaría el montaje. Me parece que sólo falta una filmación de un bife chorizo para que parezca un sofisticado spot para promover el turismo europeo a Buenos Aires, porque los gauchos ya salieron en la foto.

Pero este raro ensamble europeo (es que los franceses le hablan al público en inglés, mientras los argentinos están callados; en serio) parece hacer este experimento con verdadero cariño por la música. La ejecución es impecable, el tango domina claramente sobre los efectos si bien hay ciertos temas que tienen más beats que sentimiento. Se dan maña para ejecutar tangos originales de los que salen algunas de las canciones-mezclas que vienen en el disco. Regalan un par de temas nuevos. Si llega a publicarse, por favor no olviden este título: “Sola” (el otro se llama “La cruz del sur”). Es que Villalonga está soberbia, casi parece un tango de verdad. Y eso que a mi no me gusta el tango.

2 Comments:

  • At 3:01 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Estimado amigo,

    Que mala onda su comentario sobre gotan project, porque tanta obstinacion?
    Como musico de tango me permito decirle que gracias a gotan project, que si bien yo no soy un fanatico tampoco, muchos jovenes se acercaron a la musica argentina, muchos jovenes que quizas no se hubieran acercado nunca . y los musicos de tango tenemos mas trabajo como consecuencia de la ola.
    2.El que habla en off todo el tiempo es el Che Guevara y si se ven fotos de chile es porque la mayoria de las letras hablan de la epoca de las dictaduras latinoamericanas, pero se ve que usted no las entendio.
    3. Lo de los bailarines bailando la chacarera y los franceses hablando en ingles tiene absolutamente razon.

    un saludo y trate de ver el vaso medio lleno en vez de medio vacio.

    bandoneon1980

     
  • At 9:53 a. m., Blogger feña said…

    1. no soy tu amigo

    2. no estoy para escuchar refranes

    3. el concierto me gustó (¿no se nota?)

    4. nadie te obliga a dejar mensajes

    5. dar trabajo a los músicos de tango es tan importante como dar trabajo a las modistas indígenas

     

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