jubilado sabático

(abril 2005 - noviembre 2005)

jueves, julio 14, 2005

A y B

Elegir un presidente es entregar un poder a otro que está por sobre uno. a diferencia de pagar algo, no es transferir directamente poder económico (aunque las cuentas del Riggs demuestran que el enriquecimiento es un deporte practicado en ciertas esferas) a otro ciudadano que maneja un taxi, ejerce su profesión o presta un servicio. Uno, en cierto sentido, no vota por personas iguales a uno. Las posiciones que ocupan los presidentes (y los senadores, los diputados, alcaldes, concejales) están cubiertas con ciertos privilegios que son desiguales a los de uno, votante (inscrito o no, los presidentes toman decisiones sobre uno igual).

¿Por qué tipo de razón moral -descarto las motivaciones afectivas, como votar por simpatía- uno podría diferenciar a los candidatos que salen temprano en la mañana a ganarse las preferencias de gente que no conocen? Encuentro un argumento interesante, porque es simple y general: "B puede aceptar las ventajas que tiene A dado que estas ventajas se las ha ganado de maneras que mejoran las expectativas de B. Es decir, si no se permitiera que A estuviera en esa mejor posición, B estaría todavía peor" (J. Rawls).

Interesante pensar que no sólo se trata del cargo al que postulan hoy nuestros cincuentones candidatos más fuertes. También son los caminos que han seguido para hacerse un lugar en la carrera. Uno, Joaco, mezcla su militancia política con la gestión de su imagen en dos alcaldías. Otro, Piñén, tiene mucha plata que se ganó en operaciones empresariales que tienen la característica de entrar fuerte en momentos que otros están caídos. Bachelet fue ministra de Lagos, como militante socialista que es, y tiene una historia personal que sintetiza contradicciones de un país adolescente que sale de un período de locura (1973-1989) con una mesada jugosa en términos económicos.

Creo que ni un ex-funcionario de Pinochet ni un empresario oportunista se han puesto en carrera haciendome ningún favor para que yo esté mejor. Sinceramente, creo que sin la UDI ni RN, no sólo yo, sino el país entero habría estado mejor. Me queda una sola entonces.

4 Comments:

  • At 2:41 p. m., Blogger Lino Solís de Ovando G. said…

    No concuerdo con que al país le habría hecho bien no tener a la UDI y a RN, a pesar de que voy a votar por la Concertación. La diversidad siempe es importante, y en términos generales creo en la importancia de la alternancia del poder. Si tuviéramos otra centroderecha en este país no estaría votando por Bachelet. Es cierto que en términos morales Bachelet superaría a los anteriores, pero Bachelet no va a gobernar sola, y ahí es donde yo veo vicios que me han convertido en un concertacionista que día a día se decepciona. Cuando escuchas gente de la Concertación que se atreven a decir que ¡cómo se puede vivir con siete millones! (Massad), es porque los valores se han trastocado, que ya comienza a dar un poco lo mismo si son de aquí o de allá. La maniquea frase del carretonero, en la línea de ''no me importan los políticos, si igual uno tiene que trabajar todos los días y de todos lados roban'', lamentablemente comienza a tener asidero.

     
  • At 8:37 p. m., Blogger feña said…

    Lino: primero, leo el mostrador y gracias por hacerlo. Luego, quiero fundamentar que la diversidad tiene límites que están dados precisamente por ella misma. Creo que la derecha (especialmente la UDI) no ha dado ninguna muestra de afecto por la democracia. Lo que han demostrado es cálculo político, al menos un poco, y se han alejado de Pinocho por impopularidad, pero en términos morales no. Prueba de ello es el peso que sienten por los robos del Riggs y la liviandad con que "asumen" los crímenes, la aniquilación de las libertades y esa constitución fea que hicieron. No hay derecha democrática en Chile.

    Ahora bien, en la concertación (que como verás, es la opción por descarte que yo asumo abiertamente) hay gente que más pudorosa o más desembozada compra la idea que un punto del PIB vale la vida de varios carretoneros. No los matan a balazos, pero les disminuyen años de vida en la pobreza y los deshonran con las desigualdades injustas. Tú dices Massad, yo agrego Aninat, Ad. Zaldivar, Schaulsohn, Brunner, Tironi, Flores. Quizás cuantos otros.

    Me gustaría que, por testimonial que fuera, hubiera alguna candidatura de izquierdas que fuese adulta, que dijera cosas moralmente sólidas (aunque quizás impracticables), pero tampoco la veo. Pero cada vez que leo o escucho a la Matthei me repito a mí mismo: "esta señora está haciendo campaña, no defiende nada".

     
  • At 12:31 a. m., Blogger Tania Busch said…

    Rawls.... ¿Tesis en Derecho? Estoy haciendo una ponencia para un congreso y me sale en todas partes citado...

     
  • At 3:29 p. m., Blogger Gonzaloieb said…

    ¿existirá el día en que exista una candidatura que pase de la minoría a la mayoría? no creo, siempre tendremos que votar por le mal menor parece.
    Saludos

     

Publicar un comentario

<< Home