jubilado sabático

(abril 2005 - noviembre 2005)

martes, agosto 16, 2005

Todos vamos a ser RojoVip

Ustedes no lo saben porque son muy jovenes. Lo que pasa es que cuando uno tiene 20 años cree que lo puede todo (más adelante te das cuenta que ciertas cosas no las puedes hacer a menos que caches un poco más... bueno, no entenderías), y se quiere comer el mundo como dicen los españoles. Pero la juventud pasa, y se desprende de uno como la piel quemada de la espalda. Bueno, es que la piel realmente cambia. Pero me refiero a que uno juraría que ESTA piel es UNO MISMO, y el tiempo te demuestra que no es así. Se cae y vuelve a salir otra que nunca es la misma piel. El yo que subyace a tanta apariencia es un descubrimiento que requiere tiempo, no es algo que sepas a priori.

Entonces ustedes se ríen de RojoVip, porque encuentran chistoso que los viejos estén viejos. Encuentran divertido que canten las canciones de cuando ellos eran jóvenes ahora que están viejos. ¿Mónica de Calixto es esta señora? Parece que Patricia Frías es un video, pero no, es esta señora ante ustedes. ¿Y el gordo de ahí bailó twist alguna vez? ¿Y esos anteojos tan grandes alguna vez fueron realmente vanguardistas? ¿Ese se suponía que era un hippie? ¿Ese era un argumento mediático de Pinochet? La respuesta es sí. Curiosamente, sí son las mismas personas que han pasado por días eternos, meses de relegamiento, cosas que curten la ridiculez de la juventud. Que enseñan cosas, o veces solamente calcifican la amargura y la pretension.

Los resultados son variados: algunos siguen recitando versos respecto al injusto, prematuro olvido al que el público los echó y reclaman lo que su país les adeuda. Otros han aprendido que vender ropa o tener un escritorio tampoco es mala idea si se trata de ganarse la vida, y saben bien que la tele es pasajera y las cuentas por pagar, muy largas. Otros, creo que los menos, siguen viviendo de lo mismo, tocan, cantan, actúan. Seguramente estos últimos son un ejemplo curioso de lo insípida que es la realidad. Buddy Richard decía a quienes le criticaban exponer su talento al escarnio de competir con Scaramelli o Telias que él actuaba por 300 lucas, y que una noche Vip son 500. ¿Qué parte de la resta no entendieron?

Seguramente el ejercicio de la nostalgia, siempre enfermizo, no es lo más impuro de todo esto. Queremos ver a estos cantantes decadentes, sin repertorio, sin voz, sin dignidad. Queremos que nos cuenten sus fracasos. Como en ese programa inolvidable conducido por Jorge Acevedo: "¿De qué vive...?" que rotó por los canales UCV, Red y ABTV. Acevedo invitó a casi todos los 19 vips y a una treintena de artistas más a explicar las miserias de la subsistencia. Los 2 puntos de rating del show de Acevedo no se explican por las huestes de fans de cada artista (ya sabe usted que volver a ver a un ex es mucho peor que un placer culpable: es veneno), sino por el horario de viernes en la noche en que se daba, donde los universitarios con algo de memoria y mucho de alcoholismo se reían de la generacion patética.

Nuestros padres tambien fueron jóvenes alguna vez. Seguramente donde hoy hay grasa hubo atractivo, y donde hoy falta pelo ayer sobraba estilo. No te olvides: a ti también te va a pasar. ¿Es una invitación a ser clementes con Pancho Puelma y con Miguelo? No, claro que no. Es más bien un recordatorio: pasado mañana el chiste seré yo.

1 Comments:

  • At 6:27 p. m., Blogger Canal Preto said…

    Me causa gran risa esta manada de dinosaurios de parque jurásico, en especial estos de la "nueva ola", cuando para pegar en la radio bastaba con pegarse un viajecito a EE.UU., traerse los hits de allá, grabarlos y mandarlos a las radios antes de que llegue la versión original (ya que en ese tiempo todavía no habían satélites). De ahí salió el twist del Lucho Dimas y tantos otros "hits" de ese tiempo.

    En el país de los ciegos, el tuerto es rey.

     

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