Hasta qué hora...

Álvaro Henriquez es un tipo con historia. De hecho, lo que más tiene es historia. De presente, muy poco. ¿Cuál futuro?

A su favor puede empuñar varios discos (no todos) de Los Tres. Pero el resto es majadería.

El mismo gordo que va a reeditar su disco del año pasado dice: –No sé si será una manía que tengo, pero la he tenido siempre –dice–. Ya, se hizo esto, quedó súper bueno, lo escuchamos durante dos semanas, y ahora qué. No soy de los que se quedan diciendo ‘‘Oye, que quedó bueno. ¿Escuchémoslo de nuevo?’’

El mismo rechoncho que se pasea como beatlelogo o wilsonólogo mete al mismo saco a su amigo Joselo Rangel y al Pollo Fuentes: Si alguien elige trabajar conmigo es porque le gusta como suenan los discos que he hecho, y si yo quiero trabajar con ellos es porque me gusta la manera en que toca la guitarra Joselo o en que canta el “Pollo”. Joselo es tu amigo y su anterior disco solista a nadie le gustó; El Pollo es un animador del Mega. No eres tú el productor interesante, son ellos. Les sirve cualquier micro.

El penquista que puede jactarse de renovar el pop chileno de los 90 se despacha una flatulencia como que Fuentes "Tiene una fuerza para cantar increíble, tiene una veta soul que para mí no está muy explorada. Entonces retomemos de acá. Que se sienta como en el ‘72, en el fondo". ¡¡Volvamos al 72!! ¿Por qué no está de jurado en Rojo Vip?

El culto Alvarito añade más leña al fuego: yo no sabía que tenía la cueca en la sangre. Aunque no sea un gran cantante de cueca, aunque haya mucha gente que canta bien, de repente uno se da cuenta de que la tiene. Porque somos chilenos, si nacimos acá. ¿Cómo no la vas a tener? Claro, yo a los doce o trece años estaba leyendo a Baudelaire, medio adolescente; no estaba leyendo las décimas de Nano Núñez ni Roberto Parra, porque tampoco había acceso. Mucho Baudelaire parece, pero eso de la música en la sangre es como de Benjamín Mackenna, pero abajista. Una idea de chilenidad tan barata, tan esencialista, tan pobre. La diferencia entre Kike Morandé y Henríquez cada día es más tenue. Uno es un roto pituco y el otro es un guachaca prepotente. Como que los dos son tontos pa' la piscola.

Y ya no doy más. El que entienda qué quiere decir esto me avisa:

Cada uno puede tomar opciones y eso no impide que esa persona siga siendo la misma. Es como el Buddy: ¿quieres ir a ‘‘Rojo’’? Bueno, okey. Distinto es decir, respecto del mismo oscurantismo, ‘‘No me importa cuánta gente hayas matado, tú sigues siendo el mismo’’. El lado que yo no entiendo es el de los milicos que se echaron a tanta gente, que torturaron, eso no lo voy a entender nunca, porque cuando uno lo entiende dan ganas de pegarse un tiro uno mismo de lo terrible que fue. Pero en este caso no hay ningún daño. Al contrario: es gente que ayudó a levantar un poquitito el ánimo haciendo estas cosas. La orquesta de ‘‘Éxito’’ era chacal, pues. La orquesta de ‘‘El Festival de la Una’’ era súper buena. Entonces en ese sentido sí me gustaría progresar, y no crucificar a alguien porque estuvo en el Canal 13 en la época más reaccionaria.

Más?