jubilado sabático

(abril 2005 - noviembre 2005)

lunes, octubre 24, 2005

Memorias de un bibliotecario (3)

Tienes el pelo teñido clarito, que igual no se entiende mucho, porque tu pelo no es oscuro y la tintura no es rubia. De manera que no entiendo. Luego, tienes jeans más bien ajustados (tampoco tanto), y dejas ver una figura esbelta –quisiera ser descriptivo, usar vocabulario tosco- aunque falta de tono, de turgencia. Unos días vas con una camisa rosada, otros vas de suéter. Tienes tetas muy grandes y las dejas notarse. No usas escotes bien puestos, pero sí estás consciente y contenta.

Te veo mirar al vacío. No creo que leas mucho. Te veo conversar con un compañerito calentón, haces una rutina de “no te creo, no puede ser, me muero”, muy pudorosa, con abanicado que te alborota la chasquilla, con tapada de boca en plan “que vergüenza” y otros gestos de niña. Sin embargo te imagino de abogada cuarentona y ya sé cómo vas a ser. Eres bastante avejentada en la forma de mirar, tienes una cara bastante grave. Una matea que no parece lucir mucho sus buenas proporciones. Deberías estar tomando sol en lugar de estar constantemente mirando a todos lados, en busca de audiencia. Es muy raro que una histérica se encierre en un tercer subterráneo.

Pero eres una histérica cartucha, nada más típico de tu escuela la mezcla de solemnidad con cuiquerío. Mientras intentas leer las líneas pintadas de verde fosforescente en tu cuaderno insistes en rascarte la cara y mover ansiosamente las hebras de tu flequillo, enrollas los 30 cms de pelo en tu dedo índice delgado y huesudo, una vez y otra. Revisas las puntas, vuelves a leer (¿quién puede concentrarse así?) y ahora lo desenredas. Lo llevas atrás, al tomate, lo envuelves, decides rehacer el tomate una vez que hayas terminado de separar los nudos.

Alrededor nadie te mira, concentrados en fotocopias y clases transcritas. Los destacadores le dan igual importancia a todo, veo páginas subrayadas de rojo de encabezado a pie de página: todo debe ser estudiado, pero nada es más importante de otro. Todo esto es memoria. Alguien se muerde las uñas y parece estar pensando algo más (una gordita viene sonriendo a preguntarle algo, es que parece entender lo que memoriza).

Afirmada en la palma de tu mano te haces mentalmente una manicura. Miras alrededor y, apuesto, serás una vieja de mierda con buenas tetas y pésimo carácter.

1 Comments:

  • At 10:52 p. m., Blogger Tania Busch said…

    Gente estudiando Derecho... Parece que las rutinas de biblioteca son iguales en todas partes...

     

Publicar un comentario

<< Home