No importa

Decía el tremendo Redolés "no importa, si yo la quiero y usted me quiere" y uno entendía perfectamente. Pasa de los comentarios, de la pista adversa que hay por delante, eso no importa porque importan otras cosas que sí hay. Yo la quiero, usted me quiere.

Últimamente, junto con el ascenso de la prepotencia como virtud cardinal (esto es, la brújula que todos debemos conservar), el asunto se trata de ser canchero. Es decir, dejar atrás el apocamiento chileno, la timidez, la escasez de patas. Y claro, superar el temor a decir lo que uno realmente piensa, aunque uno no piense nada. Esta actitud cruza, a mi entender tres aspectos de la vida pública de Chile:

- Nuestras cotidianas relaciones exteriores. A lo mejor el canciller chileno es realmente un caballero, pero en el día a día los vecinos bolivianos y peruanos son el mejor público disponible para ejercitar nuestra novedosa y recién adquirida sinceridad y asertividad. Con los argentinos, que son el modelo del cual tomamos la actitud en cuestión, la cosa francamente es vendetta. Ahora nos tocó a nosotros ser los agrandados.

- La campaña presidencial: para esconder las trayectorias débiles o derechamente impresentables, así como la pobreza de las ideas, la campaña entra en una estricta lógica de mercado. El que ladra más fuerte parece que sube puntitos en las encuestas, que es lo mismo que se hace en la tele con el rating. Todavía no leo nada que parezca importante como argumento. Y estoy abierto a argumentos afectivos también. Pero parece que la prepotencia es una virtud electoral, acusar a los demás, contestar con risitas ante las preguntas difíciles o derechamente empujar.

- La tele: como si no bastara soportar la arrogancia de muchos comentaristas, y los exabruptos de los famosillos de la quincena, el destape chileno consiste en pasear la ordinariez por todos los horarios. No se trata de pedir cultura a la tele. La ordinariez no tiene clase social tampoco. Pero ser tonto es meritorio, al parecer. Contestar pachotadas cuando se nota la vulgaridad, también, Hace un rato había dado por extinta a Paulina Nin, para mejor salud de los tevitos, pero creo que estoy equivocado. La insultante ignorancia pinochetera hizo mucho daño. Kike Morandé está de lo más saludable, así como Pamela Díaz y demás VIPs.

Ojalá la selección Sub-20 no tenga la mala ocurrencia de jugar sobrada con España. Perdemos.