Lo que motiva este texto, es que habitualmente uno que es chileno tiene puros reproches que hacerle a su cultura popular. Inolvidable la vergüenza que me dio ante unos amigos mexicanos, chilenófilos los pobres, después de oir sus impresiones tras ir a una
18-S chilean celebration. Y conste que ellos habían ido a su propia
mex-party el dia 15 de septiembre.
Bueno, al grano: Además de VictorJaraForExport, ¿qué más se puede rescatar del baúl chileno de la música? Entiendo que canal13 anda en la misma, y le cedo gentilmente a este prestigioso medio el turno de hablar de los próceres. Pero creo que hay que ir por más.
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Oscar Andrade: aclaro que su participación en Rojo Vip es lo de menos en este caso. Creo que Andrade, fuera de su personaje, ha sido de los escasos cantautores que hubo en Chile en el período 80-90, y con eso tiene un punto a favor. Nunca tan
llanto nuevo, nunca tan Keko Yunge. Y está
Vida (espeluznante),
Un rato antes de partir (triste, como debe ser) y esa joyita de sentimiento ochentero, semi parroquial, semi política, que es
Con amor. El folk chileno sería esto.
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Banda 69: sólo por sostener el legado de Los Prisioneros, un tipo que cantaba mejor que Jorgito (claro, cualquiera), letras con sentido del humor muy sudaca -esa amargura divertida- y el frikeo con James Bond. Para más inri, un disco nomás.
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Aparato Raro: si bien su primera producción (admitámoslo: su 1er caset) traía varios éxitos bailables, las letras llenas de decepción y mala onda presagiaron la agria ola de democracia que echó por tierra la música ochentera. Y su segundo-último caset (Blanco & Negro) incluye composiciones tan pop como
Estamos bien y tan particulares como
Chile no está lejos. Hay trabajo en ellos, y sigo preguntándome qué pasó con Igor.
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Soledad Guerrero: viniendo de la misma cantera que Myriam y Andrea Labarca, Soledad intentó sacarse el estigma de Sábados Gigantes con un disco de rock. No hay que decir que ese no es su mejor argumento. Pero hay baladas posteriores que la convierten en una cantautora interesante, personal, quizás demasiado tímida, pero cercana a la sensibilidad totalmente masiva de la teleserie. Claro que falta onda, pero eso es lo chileno.
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Miguel Zabaleta: que acaba de ser tío abuelo, es una demostración más de lo fecundo que es el país en materia de compositores de escaso perfil mediático. Pero este señor tiene una voz a la vez tierna y viril, y toca la guitarra con la mejor de las disposiciones rockeras. De lo más tolerable que dejó la década del 60. Las canciones como
Sola hacen una diferencia grande. Elegante, un poco momio en verdad, pero eso es tan local.
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Los Jaivas: me imagino que esto es un cliché, pero el tema a destacar es "La conquistada".
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Emociones Clandestinas: donde están las semillas que podrían hacer renacer el rock en Chile. Porque hoy no hay ningún grupo de rock en Chile, ¿está claro?
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Mauricio Redolés: un absoluto prócer, un chileno-inglés, hippy y punk a partes iguales, tan poeta como humorista, folk y político, pero más que todo eso. Mucho más, un artista y un rockero 100% local. Si el mundo hubiera tenido la mala cueva de que el rock se hubiera inventado en Chile, él sería Dylan. Y nada de chileno, muy global. Ya sé que es contradictorio, pero de qué se trata entonces.