Conciertos a los que nunca debí ir
2. Glup! en La Batuta. Al menos puedo decir que fui esperando ver a otro grupo, que cancelaron y que Glup! (Bluff!) salió a salvar la situación. Y no me fui...
3. Anachena + La Ley, en una playa del litoral central de Chile. Fome a más no poder. Frío, empaquetado, anémico. Y me quedé hasta el final.
4. Eros Ramazzotti, lleno de minas gritonas, hacía frío y llovía al aire libre.
5. Spinetta & Socios del Desierto, claro que fue una traición. Yo quería escuchar "Muchacha ojos de papel" y el lindo se despacha una larga, larga, soporífera tanda de 2 horas de Hendrix desconocido. Caro y fome a cagar.
6. Pat McDonald. Un gringo chanta que hace versiones de Depeche Mode con guitarra y armónica. ¿Cierto que suena bien? Caí. Pero era horroroso, malo, pretencioso. Un desastre. Lo que más rabia me da es lo que dejé de hacer...
Hay más. Claro que no sé si ponerlo acá si nadie más va a admitir sus deslices.
Usted dirá.
Bonus...
7. Cáliz, un grupo de rock cristiano constituido por seminaristas gorditos, estilo Iván Valenzuela.
8. Lemon, grupo de covers de U2. Una cosa es que te guste U2, que a mí me pasa, y otra bien distinta es aguantar a unos locos que se creen U2.
9. Joe Vasconcelos en la sala SCD de Bellavista. La verdad es que lo pasé bien en ese momento, pero me arrepentí de haber alentado lo que pasó luego con el muchacho.
10. Buddy Richard + González&Asistentes + Pánico, Valpo. Aparte de lo cara y fome de la fiesta de porquería, se subió Symns a amargarme el año nuevo, Buddy expuso su mala condición y a los Pánico nunca los he disfrutado. Nunca.